domingo, 24 de octubre de 2010

No todas las mujeres con un libro en las manos están leyendo

Hotel Ritz: Un siglo de en la historia de Madrid
Felipe Serrano
2010. Ediciones La Librería.

Qué mejor lugar para empezar un club de lectura para rubias que el Ritz. En este libro que, como bien reza el título, repasa un siglo de historia entre las paredes del Ritz, aprenderás que:

-         A principios de siglo, en Madrid, no sólo el metro circulaba como en Londres, los coches también iban por la izquierda.
-         La seda rosa en las pantallas de las lámparas es la que más favorece a la piel de las señoras.
-         Joseph Pla dijo que el Palace era el hotel de los que querían llegar algo grande en la vida, y el Ritz el de quienes ya habían llegado. Más adelante se comenta que Dalí, como buen catalán, se pasó al Palace (sic).
-         Fue en el Ritz donde se alojó el príncipe de Kapurthala cuando vino a España y se enamoró de Anita Delgado, a quien ayudaba Valle-Inclán a escribirle cartas al príncipe para formalizar su noviazgo (no se dice, pero Penélope tiene los derechos de la película).
-         Millán-Astray, fundador de la Legión, que había perdido un ojo y un brazo en Marruecos, amén de los costurones que lucía en la cara y el resto del cuerpo, daba un poco de miedo cuando acudía al hotel vestido de frac con su monóculo y la gran cruz alemana en el pecho.
-         Georges Sanders murió de una sobredosis de tranquilizantes en un hotel de Castedefells. No tiene nada que ver con el Ritz, pero ahí hay una historia.
-         Imperio Argentina intentó suicidarse en el Ritz.
-         El rey sólo ha acudido una vez de forma privada al Ritz, y fue con su padre a la barra del bar a tomar algo. No se lo cree nadie.
-         Los árabes que se ven tomando té o café, en realidad tienen whisky cola o vino en las tazas.
-         Adolfo Suárez era magro en sus hábitos alimenticios y más de una vez almorzaba con una simple tortilla francesa.
-         Muchos Jefes de Estado, sobre todo sudamericanos, han preferido quedarse en el Ritz a pernoctar en El Pardo por miedo al fantasma de Franco.
-         El Alfonso XIII, el cóctel que tomaba Gorbachov durante su estancia, se componía de helado de limón, vodka y granadina.
-         Corazón, Corazón se grababa siempre desde una suite que TVE tenía reservada de forma permanente en el hotel. Menudo dispendio, por no crear un decorado.


entre mil historias más que harán las delicias de las aficionadas al cuchicheo, el chismorreo, el cotilleo, el chafardeo y demás feos que siempre nos atribuyen. Me ha quedado una recomendación un poco Sección Femenina de la falange pero, como digo, no todas las mujeres con un libro en las manos estamos leyendo.

Os besa la frente,

Fran Kaplan

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